Después del espectáculo, aún queda más acción. El día sigue desapacible, con viento y lluvia, pero no hay quien nos pare. Cruzamos el Millenium Bridge para ir a la Catedral de San Pablo. Nos hubiera gustado comer en los jardines exteriores pero el tiempo es tan desagradable que nos ponemos bajo cubierto y, sentados sobre el cemento, sacamos las viandas. Necesitaremos coger fuerzas para subir los 530 escalones que nos llevarán hasta la Golden Gallery.
La subida del primer tramo, de 259 escalones, hasta llegar a la Galería de los Susurros, fue fácil. Desde allí pudimos contemplar los frescos y disfrutar de una amplia vista del interior de la Catedral, además de reponer fuerzas para el siguiente tramo, de 119 estrechos escalones que van caracoleando hasta la Galería de Piedra, que nos permite una visión de 360º de Londres. El contraste entre los edificios de corte clásico de la City y los nuevos rascacielos, es un reflejo de esta gran ciudad, su evolución, su constante cambio.
No conseguí persuadir a los chicos para iniciar el descenso y estoy segura de que al menos una alumna se arrepintió. Aún subimos 152 escalones más. Impresiona pensar que estamos dentro de la cúpula a 111 metros de altura.
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