Estamos cansados. No paramos en todo el día y vivimos sujetos al minutero para no perder trenes ni dejar pasar las horas de visita a los distintos monumentos. Los chicos tienen que hacerse cargo de la tarjeta TravelCard, que les permitirá utilizar el transporte urbano en Londres y volver a casa en tren. No pueden perderla.
Decidimos salirnos del programa establecido y vamos a London Bridge. El Borough Market nos sorprende al salir de la boca de metro. Los puestos de productos típicos de distintas partes de Inglaterra y de otros países europeos nos atraen como un imán: quesos ingleses, embutidos franceses e italianos, pan de centeno, de ajo y aceitunas, de aceite y tomate, frutas y verduras cuidadosamente dispuestas, formando un bodegón lleno de color, y los aromas envolviendo todo el ambiente. Aprovechamos las degustaciones que ofrecen los distintos establecimientos y algunos repiten, tripiten en el puesto de paellas para terminar confirmando: "Me gusta más la que hace mi madre"
Todos los productos son de primera calidad, no cabe duda, pero la cesta de la compra aquí se dispara.
Nosotros nos conformamos con un pan de especias y un poco de queso y nos prometemos que volveremos la próxima vez que visitemos Londres.
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